viernes, 24 de abril de 2020

Historias de la Cuarentena - Un enemigo conocido reaparece

Jacinto había celebrado hace poco sus 60 años. Todo era alegría. De pequeños jugábamos frente a su casa. Parábamos dos hileras de ladrillos en cada extremo, simulando los arcos y comenzaba a rodar el balón. El terreno de juego era lastre y piedras. Esos pequeños, los hijos de Jacinto, incluyéndose, son mis amigos y familiares. 

Ya no jugamos más en el portal de la casa de Jacinto, nos mudamos a poquísimos metros. Cambiamos el lastre por el césped natural. Ahora el reducto es el Estadio Catarama, así le pusieron nuestros padres a esa cancha, porque antes del césped, el terreno estaba lleno de esa planta de espinas, hojas redondas y una florecilla azul acampanada.

Mi papá comenta que Jacinto era uno de los mejores centrocampistas defensivos. Mi posición favorita en el fútbol. Nunca lo vi jugar. Él había colgado los botines cuando ya tuve uso de razón. Yo si corrí con más fortuna; a sus 62 años aún veo jugar fútbol a mi papá y hasta lo hemos hecho juntos.

Hace unos días Jacinto enfermó. Un enemigo conocido. El dengue. La situación se complicó y sumado al colapsado sistema de salud, terminaron por mermar su estado. Fue rápido. Ayer dejó de existir. No pude evitar recordar todas esas anécdotas. Ninguno de esos pequeños que jugábamos frente a su casa pudimos despedir a ese buen amigo.

Como el caso de Jacinto hay muchos más. Comunidades afectadas completamente. El dengue también está llevándose a amigos y familiares. Los casos siguen en aumento. Montecristi es uno de los más afectados. Mucho cuidado.

Aquí la nota en La Marea:



Eisser.

miércoles, 22 de abril de 2020

Manipulación Escandalosa

En el mundo existe gente manipuladora. No se necesita de mucha inteligencia ni dinero para ser manipulador. Basta hacer un pequeño acto por las masas y tienes a la gente a tus servicios, incluso para defenderte si las cosas se ponen difíciles. Ese pequeño acto, puede ser, donar algo que le brinden terceros y ellos se encargan de repartir, sin mencionar al verdadero benefactor; o mencionarlo a medias, pero siempre llevando el crédito. Hay tantas formas de reconocerlos. Detrás de esto, siempre se busca un beneficio personal y económico.



Wikipedia (me gradué en la ULEAM con citas de Wikipedia, así que no me digan nada :D) menciona que, “la manipulación se produce cuando UN INDIVIDUO o grupo de individuos, ejerce una TOMA DE CONTROL del comportamiento DE UNA PERSONA O DE UN GRUPO, utilizando TÉCNICAS DE PERSUASIÓN o de sugestión mental”.

El manipulador busca aprobación; busca hacerse la “vístima”, siempre. Muestra que ha sido agredido y atacado por otros grupos, para que las personas le brinden su apoyo, cuando muchas veces el verdadero agresor es el manipulador mismo. Al día siguiente, a pesar de las supuestas agresiones, vuelve al ruedo como si nada. Simplemente, tenía que aparecer públicamente, para que todos lo vean "empoderado" y las personas sigan estando de su lado.

Tiene engañado, incluso a los familiares; y los pone en conflicto con otros integrantes de la familia que no están a favor de sus intereses. Esto si es muy delicado. Es la parte más ruin de un manipulador. Es la parte que más detesto: dividir a la familia.

Las personas manipuladoras tienen dos tipos de seguidores:
  1. Las personas que no ven el verdadero trasfondo del asunto. Muchas veces por falta de educación y mucha ingenuidad. Ellos no tienen culpa alguna. Y,
  2. Las personas que se valen de ese manipulador para obtener algún beneficio. Si te ayudó a conseguir un bien o servicio, por ejemplo. Estos serían además, cómplices. Y pierden credibilidad una vez que defienden a un manipulador. 
Esto siempre será así. No hay nada que logre cambiar esta situación. Y me resulta muy triste está situación, pues es más común de lo esperado.

Eisser. 

Historias de la Cuarentena - La otra cara de la moneda

Hace días, publiqué una nota en el periódico La Marea, que circula en la ciudad de Manta, Ecuador. Había una sección en donde se exponen las experiencias que tienen las personas en este aislamiento por la COVID-19. Entonces decidí hacer lo que me gusta: escribir.

Conversé con uno de los periodistas y accedió a publicar la nota. Me informa que hay un límite de 1500 palabras. Para eso, yo ya la había escrito y tenía el doble de palabras. Me tocó resumir. Pero originalmente, estaba así:

Entramos a casa el 17 de marzo. Mi mayor preocupación era que mi esposa, Erika, había tenido contacto directo con alguien que había dado positivo. En el transcurso de los días ambos tuvimos tos y en mi caso algo de malestar corporal. Siempre he pensado que soy fuerte y siempre me he mostrado seguro, pero esta vez había mucho temor en mí. No me reconocía. Decidí comer y beber las cosas que hacía Erika y que la veía preparase a diario por la forma que lleva ella de alimentarse. Hasta aprendí a hacer un té con jengibre, limón y cúrcuma cuando la ansiedad me consumía o sentía un leve ardor en mi garganta. Así pasamos hasta el 30 de marzo; completamente encerrados.

Hasta que llegó el momento de ir de compras. El simple hecho de salir me aterraba, pero era yo quien debía hacerlo. Erika siempre se ha encargado de las compras. Yo no sé diferenciar el queso mozzarella del parmesano, pero ahí estaba yo, camino al Supermaxi a sacrificarme por la manada. Comenzó el trajín. No traje el queso mozzarella correcto, ni el Olimpia era del color que ella quería. La carne molida tenía grasa y en las indicaciones decía que no debía contener porcentaje alguno. Traje un paquete completo de Stevia y no los sobres solicitados. La Chía la conseguí en un combo con otros productos y el spaghetti no era el adecuado para la carbonara que 'la chorrona' pensaba hacer.

Después de unos días fui a ver a mis papás. Eso sí, desde la puerta de su casa y sin contacto físico alguno. Inventé la excusa de llevar unas fundas de jengibre a mamá, y en mi caso, recoger la máquina de cortar cabello de mis hermanos para intentar raparme la cabeza en un acto desesperado por hacer alguna actividad.

Mi trabajo es estar en las empresas tratando de solucionar problemas informáticos. Hoy no tengo problemas informáticos ni empresas abiertas. El problema es con los bancos ahora; y eso lo solucionaré algún día. Y sinceramente, no me importa comenzar de cero, mientras mi familia y todos nosotros estemos bien.

Veía, día a día, el reporte de infectados que emite el Gobierno. A estas alturas esas cifras son una vil mentira. Hace semanas me faltaba tiempo para ver mis series favoritas. Ahora veo un par de capítulos y me es suficiente. He arreglado mi oficina y ya se ve decente. Junto a mi esposa he aprendido a hacer cosas en la casa, ya que decidimos no exponer a nuestra empleada (una muy buena persona) a venir en toda esta tempestad. No lo hago feliz, pero tampoco puedo dejar de hacerlo. Hoy no siento la tos, ni ningún síntoma alguno. Igual mantenemos el aislamiento hasta que sea necesario.

Mi esposa y yo aún tenemos un pan sobre nuestra mesa. En mi familia, todos se encuentra bien de salud en lo que cabe. Mis problemas, tan superficiales y banales, contrastan con mucha gente que prefiere salir para buscar el sustento diario sin importar que un virus mortal ronde por ahí. Gente que ha perdido familiares y se encuentran desconsolados. Familias enteras que sufren por el estado de sus parientes mientras están conectados a tubos para respirar en una UCI. Esa, queridos amigos, esa es la otra cara de la moneda, la verdadera.

Y para ver que pasó con la nota. Quedó así:


Eisser.

lunes, 23 de mayo de 2016

Terremoto de un Manaba en Guayaquil

Es domingo 22 de mayo del 2016, me encuentro en el sexto y último piso del accesible Hotel Vélez, ubicado en el centro de Guayaquil. Estoy aquí por clases de Maestría; son alrededor de las 9 a.m. y estoy en una habitación triple. Los motivos de la habitación triple están más adelante. Erika (mi esposa) está junto a mí, y con nosotros una amiga de Erika, que se volvió nuestra inquilina. Erika y su amiga (que hace la Maestría con nosotros) están haciendo un deber que el profesor había enviado la tarde anterior para la próxima clase.

Y cómo mi imprudencia me precede, hago el comentario inapropiado: 'Réplica, réplica'. Ambas  se quedaron inmóviles para ver si sentían el movimiento, y noté, entre temor y disconformidad cuando clavaron sus ojos en mí. Ellas aún no superan lo vivido hace un mes atrás, aquel fatídico 16 de abril, cuando un Terremoto de 7,8 azotó nuestro provincia, Manabí: ese día cambió la vida de familiares, amigos y conocidos. Una tremenda tragedia.

He leído muchas historias contadas por amigos en sus blogs y redes sociales, he quedado pasmado ante vídeos caseros y de vigilancia del movimiento telúrico, he visto reportajes tremendos de supervivencia y dolor, he vivido en carne propia el sufrimiento de la gente al verse sin nada, y he sentido una desesperación total al ver la infraestructura dañada de nuestra ciudad. Y pensé: ¿de qué me serviría compartir mi historia si yo ese día no estaba en Manta? No perdí nada, y sobre todo, saber que ya todos han escrito de todo... más creo, que la desesperación vivida y el saber que estabas lejos del resto de tus familiares, contando además que nuestra estadía en Guayaquil fue un calvario, merece la pena ser contado.

Éste hotel, donde ahora me encuentro, fue el testigo de esa tragedia, y al verme de nuevo aquí, en este mismo piso, el sexto, me llevó al inevitable pensamiento de que salimos ilesos simplemente porque Dios así lo permitió.

Era un fin de semana normal de Maestría en la Universidad Casa Grande. El viaje quincenal que hago a Guayaquil para asistir a clases es tan cotidiano que no espero nada emocionante.

El viaje del viernes 15 de abril se desarrolló de forma rutinaria; salir al medio día de Manta, luego de 3 horas llegar al hotel para separar habitación y inmediatamente ir a recibir clases de 18h00 a 22h00. Finalmente, regresar al hotel para descansar, pues al día siguiente las clases continuarían.

El sábado 16 de abril, inició de igual manera; en la mañana salir a comer algo y llegar a la Universidad, pues de 13h30 a 17h30 las clases nuevamente son el plato fuerte del día. Las clases terminaron a la hora programada, y me sentía cansado, así que le dije a Erika que fuéramos a comer algo para luego irnos al hotel a descansar. A Erika se le ocurre la idea de invitar a su amiga a nuestra habitación a ver una película que yo previamente había descargado. Nos pareció un buen plan.

Regresamos al hotel a las 18y50. Nos dieron la llave de la habitación, subimos al ascensor con la amiga de Erika (ésta chica también estaba en nuestro mismo sexto piso al otro lado del pasillo). Al salir del ascensor ambas se pusieron de acuerdo para en 20 minutos verse en nuestra habitación para ver la película. Abrimos la habitación y mi primer acto fue lanzarme a la cama y la vez quitarme los zapatos, mientra veía a Erika entrar al baño.

No pasó un minuto (ese 18h58 que después sería noticia) que no terminaba ni de encender el televisor, cuando sentí un movimiento fuerte del edificio. Me levanté automáticamente de la cama y abrí la puerta de la habitación a la vez que Erika salía del baño completamente asustada. Nos miramos y con un gesto le extendí mi mano para salir al pasillo. Pensé que eso sería todo; estamos acostumbrados a sismos continuos y pequeños. Pero no. Después de ese primer movimiento, las luces se apagaron para luego comenzar a temblar con más intensidad y el edificio comenzó a moverse cuál hamaca impulsada por alguien. Fue en ese momento que prácticamente arrastré a Erika a buscar las escaleras para comenzar el descenso; ella oraba entre murmullos y los escalones se hacían eternos. A medio edificio, delante de mí iban más personas, que por la adrenalina que yo llevaba parecía que bajaban un escalón por hora. ¡No podía rebasarlos! Me tocó seguir detrás de ellos hasta la misma planta baja, mientras seguía agarrando a mi esposa de la mano con tal fuerza que después pensé que hasta la pude haber lastimado. ¡Fue un error utilizar la escaleras! Ahora lo sabemos, pero en la desesperación nadie sabe ni estamos preparado para estas catástrofes.

Salimos a la calle buscando campo abierto, pues el edificio seguía moviéndose. Erika rompió en llanto y yo la abracé intentando tranquilizarla, pero era imposible. Ella preguntaba por su familia en Manta y por su amiga, la que estaba en nuestro mismo piso pero al otro lado del pasillo y que estaba por ir a nuestra habitación a ver una película. No estaba con nosotros, y no la encontraba entre la gente que había evacuado. Ella bajó mucho rato después, pues el movimiento fue tan fuerte que no podía moverse por sí misma y estaba en el baño con la puerta trabada. ¡Ella aguantó sola el terremoto en el sexto piso! ¡Qué huevos tiene esa chica!

Mientras esa chica vivía eso, yo saqué el celular de mi bolsillo y comencé a timbrar a mis papás y hermanos, a mis suegros y mi cuñado. Las lineas estaban colapsadas. Pasaron muchos largos minutos hasta que me pude comunicar con papá. Él no estaba en la casa, se había ido a jugar fútbol y tampoco sabía nada de mamá. Me pidió tranquilidad. Le dije que estábamos bien y que iba a tratar de comunicarme con mamá y mis hermanos.

Después de muchos intentos contacté con una tía que vive al lado de mamá, ella me dijo que todos estaban bien, y les informé que papá también estaba bien, que ya me había comunicado con él. Para esto, la amiga de Erika junto a sus huevos tremendos, ya habían bajado del edificio.

Seguí intentando llamar ahora a mi cuñado, hasta que contacté con él, le escucho decir un Aló, y le pasó el celular a Erika. ¡Un grave error! Ese muchacho trabaja en el Paseo Shooping, y había sido testigo de la destrucción parcial de ese edificio, por lo que lloraba al teléfono. Erika al ver el estado del hermano, comenzó a llorar  igual y a desesperarse y perder el control. Le arrebaté el celular y le pedí calma a mi cuñado, le pregunté su estado y dijo que estaba bien. Él me confirmó que ya se había comunicado con mis suegros que también estaban bien. Le dije a Erika que todos estaban bien, que se calmará. Nuestros amigos uno a uno se reportaban en nuestro grupo de Whatsapp. Erika se calmó un poco más. No seré el mejor esposo del mundo, pero creo que demostré la seguridad que cualquier esposo debería tener en momentos como éste. Ni yo mismo sé cómo lo hice. Recién en ese momento nos damos cuenta que ambos salimos del edificio con los pies descalzos.

Un amigo de la Maestría se contacta con nosotros y nos ofrece quedarnos en su casa por esta noche. Mi auto estaba en el subterráneo del edificio y nuestras maletas en la habitación. Y sí, me tocó sacar ambas cosas entre tanto temor.

Llegamos a casa de nuestro amigo que amablemente nos adecuó una habitación. Yo tenía que dormir, necesitábamos regresar a nuestro Manabí y ver a nuestras familias y las desgracias que ya nos eran palpables al ver los noticieros locales. Fue una noche larga. Una primera réplica fuerte a las 3 a.m. nos hizo recordar el terremoto y ya nuestro cuerpo estaba más alerta que nunca, por lo que fue imposible descansar.

Partimos a primera hora, el suegro de mi amigo guayaquileño nos acompañaba, pues no sabía nada del padre que vivía en una de las zonas más afectadas. El viaje fue de igual manera tenaz. Las calles estaban desiertas, el miedo rondaba el ambiente. Mi cuñado vuelve a llamar a Erika para decirle que había alerta de tsunamí en la ciudad y que iban a casa de mis papás que viven alejados de la costa. Otra vez mi ingenuo cuñado hacía de una inestable Erika nuestra preocupación. La alarma de tsunamí era falsa, rumores de delincuentes para desvalijar casas mientras los propietarios buscaban buen recaudo en zonas altas de Manta.

Llegar a Manta me llenó de emociones tremendas, toda la fortaleza que había tenido la noche anterior estaba a punto de derrumbarse; la ciudad que me había acogido, la ciudad de mi esposa, de mis amigos, estaba devastada. No había agua, no había gasolina, no había nada. Los edificios colapsados, calles partidas, casas con sus columnas y mampostería a punto de caer. Era una ciudad fantasma. Dolía el alma.

Llegamos a casa, volví a contactar a mis papás. Vi a mi cuñado y a mi suegro con una cara de derrota, que no pude pronunciar palabras. Estaban ilesos, pero habían vivido algo nunca antes visto.

Los primeros días del terremoto hubo de todo. Caos de la gente por conseguir agua. Autos buscando abastecerse de gasolina. Las gasolineras servían para acoger gente y cargar sus celulares.

Mi lugar de trabajo estaba bien. El de Erika si tenía que ser desalojado. Nos estamos acomodando otra vez. A la semana siguiente reanudamos labores y así seguimos. Estamos atentos a las constantes réplicas. A la ingenuidad de la gente por creer en noticias falsas por redes sociales. El trabajo de demolición que se lleva a cabo. Amigos perdieron familiares y amigos míos no están ahora para contar su historia. Muchas cosas.

Los estragos causados están a la vista de todos, no tengo que profundizar en ellos, además no lo quiero hacer, pues siempre he dicho que nuestra tierra es nuestra tierra y pensar en ello si me afecta de sobremanera. Soy muy arraigado a mi tierra.

Erika vive preocupada, pero creo que es fuerte sólo que ella no lo sabe. Y cómo la amiga es igual o más nerviosa que ella, decidieron invadir mi territorio; y desde el día del terremoto piden habitación triple, esa es la razón por la que me encuentro así, para según ellas, estar todos juntos por sí algo pasa. Duermo con mi esposa, y también con la amiga de mi esposa a una cama de distancia. :D

Cada vez que me preguntan mis amigos y conocidos dónde estaba ese día, les respondo que en Guayaquil, y ellos exclaman: ¡Por suerte! Mientras yo en mi mente digo: ¡Ni se imaginan lo que nosotros vivimos en ese hotel! Simplemente logro articular: Tal vez fue diferente, pero si lo que yo sentí allá fue fuerte, imagino cómo lo vivieron ustedes.

Hoy, a pesar de todo, aquí estamos. Sí me afectó emocional y económicamente el terremoto, pero aquí seguimos, luchando por esta ciudad que nos ha brindado mucho. No soy impulsador (ahora mismo en Facebook tengo muchos amigos que se han vuelto filósofos después del sismo) pero sí creo en que la única manera de salir adelante recae en nosotros mismos. ¡No tengo más que decir!

¡Vamos, querido Manabí!

lunes, 15 de septiembre de 2014

Monos Conduciendo en Ecuador

- Mi novio detesta conducir en España, pero para mí es uno de los lugares más agradables para hacerlo.
- ¿Y cómo así? Y ahora que están acá en Ecuador debe adorar como se conduce allá, ¿cierto?- pregunté sonriendo.
- Ja ja. Yo siempre le dije que en España es la gloria y que cuando vayamos a Manta verá que es un grupo de "monos" conduciendo. Hoy lo está viviendo.

 
¿Monos Conduciendo? Monos es un término con el que nos definen los peruanos, y dentro del regionalismo ecuatoriano constituye una ofensa de la gente de la Sierra a la gente Costeña. Pero este término "Mono" que había utilizado esta persona no iba por ese lado. Voy primero a argumentar.

Obtener una licencia de conducir tipo B en Ecuador es la cosa más fácil que puede existir. A mis 27 años recién presente los requisitos para obtener la licencia. En mi niñez lo más cercano a un auto fue uno de los llamados 'carritos chocones'.

Presenté todos los documentos requeridos en la Escuela de Conducción, que iban desde copias de cédula hasta tipo de sangre, cancelé si no mal recuerdo $175.00 (me descontaron $10.00 por presentar un billete grande falso de dicha denominación que ellos mismos me entregaron ¿?).

Llegó el tan ansiado día. Las clases consistían en recibir 1 hora de teoría (Primeros Auxilios, Mecánica y Educación Vial) y 1 hora de práctica. La teoría era tan aburrida queesa hora se hizo eterna. Al concluir fui al garaje para mi "hora" de práctica. El tipo se organizó en 15 minutos, se subió al puesto del chófer y yo al del acompañante y nos fuimos a la Ciudadela Universitaria (el poco tráfico hace de ese lugar el adecuado para practicar). El instructor llegó allá en 10 minutos. Llevábamos 25 minutos y aún no pasaba nada. Se detuvo, coloco parqueo al auto, me pregunta si he conducido, a lo cual inmediatamente respondo 'No, pero tengo la lógica'. Se baja y me hace ubicar en el asiento del chófer y él se ubica en el del acompañante, luego me dice 'Haz lo que sepas'. Como tenía la noción de como conducir pues salí a la primera y despacio continúe mi primera práctica. Conduje 15 minutos y me dice 'Cambia de lugar. Regresamos al garaje porque viene la siguiente hora de práctica'. ¡Mi 'hora' de práctica llevó apenas 15 míseros minutos! Los otros 10 minutos los ocupaba en regresar al garaje y así terminaba mi gran práctica. ¡Esa fue la tónica de los 15 días que dura el curso! Así es, solo se tarda 15 días para que te den una licencia en Ecuador y tengas en tus manos una bomba de tiempo y la vida de los seres que llevas y de los transeúntes. Debe ser que los ecuatorianos somos superdotados para conducir.

Tardó 20 días en llegar mi certificado de haber aprobado el curso de Conducción y ahora si podía separar mi turno para ir a la ANT a recibir mi licencia. Durante esas tres semanas que tardó en llegar mi Certificado yo ya andaba en mi auto por las calles de la Cuidad. No tuve percance alguno con algún policía que me solicitara mi Permiso de Conducción ni nada parecido.

El proceso en línea para obtener un turno en la ANT es sencillo. Fui ese día a Portoviejo (ANT Manta no da licencias nuevas) conduciendo sin licencia a sacar la licencia. Allá se pudo notar como aún los tramitadores hacen de las suyas en las instituciones públicas confabulados con empleados mismos de la ANT. Obtuve mi licencia después de 20 preguntas que me hicieron sobre Educación Vial, las cuales bastaron para demostrar ser un erudito de las Leyes de Tránsito.

Desde ese momento, salí a las calles aún con la inseguridad de un novato. Mi primer accidente lo tuve un mes después, como era de esperarse. En la Escuela de Conducción me enseñaron que si vas a girar en una intersección tiene la preferencia el de la derecha, pero el “mono” que estaba justo frente a mi gira cuando yo ya estaba a media calle y el golpe de su carro terminó llevándose el guardachoque del mío. Su auto quedo sin un rasguño. Y claro, él, un señor de edad avanzada iba a tener la razón. Llegó uno de los nuevos Vigilantes de Tránsito al cual habría que enseñarle la Ley de Transito porque lo único que dijo fue que ‘Arreglen porque si no me llevo los dos carros’. ¡Qué íbamos arreglar si el tipo tuvo la culpa y además su ‘transformer’ estaba ileso! ¡Estos son los vigilantes que Manta tiene ahora!
Después de ese accidente, gracias a Dios no he tenido ningún percance más. Lo único que ahora entiendo es porque esta persona llamó “Monos” a los que andan trepados en un automóvil. Y yo los he subdivididos según su especie, las cuáles explicaré más adelante.

Este sábado en la noche quise salir a distraerme un rato a Plaza del Sol, pero antes quise pasar por Av. Flavio Reyes, así que salí a eso de las 11 p.m. y al llegar a la altura de Oscus veo a un motociclista tirado en plena calle con un auto huyendo del lugar y su motocicleta debajo de otra camioneta que estaba estacionada. La ambulancia no tardó en llegar. Flavio Reyes se ha convertido en una jauría de motos. Cada motociclista anda acompañado de una chica en falda luciéndose sin casco. ¡Eso no es nada sexy, entiéndanlo niñas! Años atrás verdaderamente podías ir a disfrutar un momento ameno con amigos.

Continué hacia Plaza (los locales volvían a su normalidad después de una clausura total la semana anterior, jeje), ahí me distraje un rato y me dieron ganas de regresa a casa. Regresando por vía Circunvalación a eso de las 2 a.m. otro accidente con una ambulancia ya en el lugar atendiendo heridos, haciendo de esa vía una zona iluminada como pocas veces. Dos autos hecho pedazos en la orilla de la carretera y un tipo sentado en la ambulancia mientras le colocaban el cuello ortopédico. No sé si hubo muertos.

De igual manera, continué mi camino a casa, pensando que ya había visto todo. A la altura del barrio San Pedro gira en una intersección un taxi, con su guardachoque completamente destrozado y con bastante prisa. Debió huir de algún accidente o que sabe que cosas. Lo único que pensé fue ‘Nos Estamos Matando’.

¡Qué día! ¡Si tan solo el motociclista o el auto que lo arrolló hubieran sido más cuidadosos! ¡Si tan solo los dos autos en la Vía Circunvalación hubieran respetado los límites de velocidad! ¡Si tan solo el taxista con su guardachoque hecho pedazos o el auto con el que chocó no hubieran sido tan imprudentes! ¡Hasta cuando!


He tenido con lidiar con todo tipo de “personas” en las calles. Mi esposa critica mi actitud al volante, pues a mí me ‘pudre’ como existe tanto “animal” con licencia. Ella escucha mi frustración y mis insultos al ver que en menos de 2 segundos tengo dos motociclistas ‘saludando’ en mi espejo retrovisor derecho e izquierdo, y sorteando entre los autos de adelante en un zig-zag interminable rebasando sin importarles nada. Pero llégalos a tocar así sea con tu espejo retrovisor, el chofer del auto es el único pendejo responsable. Los motociclistas serian para mí como el primate Mico, pues son escurridizos y pequeños.

Ahora los “Profesionales” del Volante. ¡Hay tanto taxista “bestia” en la cuidad! Tú vas en tu carril derecho y delante de ti va un taxi, pero cuando menos lo piensas, el taxista frena con una total imprudencia por la mano de un pasajero que ondea adelante haciendo una parada. Y detente porque como tú vas atrás te aplican la de “El que golpea de atrás paga los daños”. Pasa de igual forma cuando vas sin auto alguno delante de ti, de repente en un parpadeo tienes un taxi cerrando tu paso porque desde atrás vio como otra mano solicitaba una carrera y te cierra el paso porque otro taxi que viene detrás de mí puede “robarle” la carrera. Los taxistas serían como el  Mandril, pues tienen un apetito muy grande y comerán lo que puedan encontrar en muchos lugares.

Y los que tienen su doble cabina, su Ford F150 y sus Mazda BT50, esos creen que la velocidad no tiene límites, que pueden rebasar a todo el mundo por el volumen de su auto y que por eso son inmunes a accidentes. Esos “primates Ford-Mazda” serían los Gorilas, pues se creen los más grandes e indestructibles. Entre los Gorilas más grandes están también los buses, esos pasan a ser los "reyes" de la manada. ¡Tanto que decir de los buses!

No basta estar en una Escuela de Conducción por 15 días, tampoco basta ser llamado “Profesional” a estos taxistas que por hacer el mismo curso con la diferencia que les tarda seis meses y cancelan $1000.00 o más, se creen dueños de la calle y que no respetan en absoluto las señales de tránsito. ¡Para mi ellos no son Profesionales, pues ser Taxista es un empleo más no una profesión! O los motociclistas que solo van a la Subjefatura de Tránsito y ya tienen su licencia. Ahora creo que si hacen un curso de 15 días también.

¡Reacciona Ecuador! ¡Nos estamos matando! ¡No seas un mono más en el volante!


lunes, 25 de agosto de 2014

PXNDX: Una Historia de Vida


El sábado 23 de agosto del 2014, tenía que ser parte de la historia. Hoy lo es. Tal vez exagero pero son esos momentos y esas sensaciones que hacen que la vida sea una ruleta y después permitirte recordar los movimientos que ésta ha dado.

Recuerdo cuando todo comenzó, estaba en último año de colegio (2004) y de casualidad en el laboratorio de Informática me encontré con tres canciones guardadas en Mis Documentos de un Windows XP que retumbaba con su recién incorporado Service Pack 2. Aún recuerdo el título de las tres: Muñeca, Maracas y Si Supieras. Escuche Maracas porque me pareció llamativo el nombre. Reí con la conversación de las dos personas que se reencontraron y que se habían enamorado de la misma mujer. Aún hoy me río con esa canción. No pasó más de allí.

Luego de dos años y de la misma forma, en uno de los Laboratorios de la Facultad de Ciencias Informáticas donde estudiaba ahora, encontré algunas canciones de la misma agrupación, PANDA, decía en su título, y como en el colegio no había tenido oportunidad de copiarlas, esta vez sí lo hice, y me las lleve en una flash memory para luego escucharlas. Recuerdo que ahí estaba Cita en el Quirófano.

Averigüe el nombre del famoso grupito, y como siempre he sido inquisitivo fui averiguando su biografía, su creación y la discografía hasta ese entonces. ¡Ya iban por su tercer disco de estudio! El último había salido recién y se llamaba Para Ti Con Desprecio. Descargue los tres, Arroz Con Leche, La Revancha del Príncipe Charro y Para ti Con Desprecio, por supuesto.

También fui testigo de la batalla legal que tuvieron por Derechos de Autor, en donde se hacían comparaciones de Para ti con Desprecio con canciones de grupos como My Chemical Romance, Green Day y otros. ¡Verdaderamente eran traducciones en muchas partes! Recibieron demandas y Pepe (vocalista) no tuvo más que aceptar las críticas y perdieron la demanda cancelando una gran cantidad de dinero. No pasó mucho tiempo y Ongi (guitarrista) deja la banda. Los rumores se fundamentaban en la demanda perdida. Desde ese momento se formó la idea de Amas u Odias a Panda a nivel latinoamericano. Y desde ese momento los apoyé más, pues eran seres humanos normales, como tú o yo, y creía firmemente en la capacidad de Pepe para componer canciones. Sabemos que se equivocó, sí, pero iba demostrar en su siguiente disco de lo que era capaz. Hoy no me arrepiento de haber creído en su forma de componer. Vale mencionar que también desde esa batalla legal escucho Green Day y Billie Joe (su vocalista) me parece un tipo original y sin igual.

Su siguiente disco, el cual llamarían Amantes Sunt Amentes, callaría la boca de los detractores y comprobaría mis certezas, Pepe demostraba de una vez por todas que era un excelente vocalista y compositor. Hasta la fecha, este disco es mi favorito, por todo lo que significó y porque era el primer disco del cual me creía participe ya como verdadero fan. Algo similar pasaba con Arturo (guitarrista que había enntrado en reemplazo de Ongi), quién afirmo que con este disco ahora si ya se sentía parte de la banda.

Y sucedió lo impensado, año 2007, PXNDX (nombre de origen chistoso dado por parte de ANTI-PANDAS) anunciaba que venía a Ecuador por primera vez. Yo aún dependía de Papá y Mamá así que no pude ir. ¡Era la primera vez y no estaría! Pepe en el concierto de Guayaquil se pondría la camisa del equipo de mis amores, Barcelona de Ecuador, ¡Y yo no estaba para verlo! Mejor sigamos, no quiero dejar entrar la nostalgia, jeje.

Se fueron, pero volverían en mayo del 2008 y está vez yo no podía faltar. Todo estaba listo, trabajaba y podía costear mi viaje. Decidí verlos en Quito porque era sábado y podía obtener de manera más fácil el permiso laboral. Solo había un pequeñísimo problema, ¡Yo no conocía Quito y no tenía entrada! Pero bueno, eso no era problema, cuando más le decía a un policía que me había perdido, jeje. Recuerdo haberme ido un viernes en la noche, 22h30, y a la altura de Chone hice una llamada:

- Papá, páseme a mi mami. – dije sonriendo.
- ¿Dónde estás, pendejo? – replicó mi viejo. 
Páseme a mi mami. – volví a decir mientras escuchaba que le pasaba el teléfono. 
¿Y tú dónde estás? – Se escuchó una voz procedente de ultratumba. 
Mami, es que voy camino a Quito, el domingo regreso. No se preoc…. – no me dejó terminar. 
¿Y con quien vas? ¿A quién le pediste permiso? Tú papá está bravo. Yo no sé nada, dile a tu papá. 
Mamá, tranquila. En la mañana que llego la llamo. –colgué y no di tiempo para la réplica.

Si algo me pasaba sería hombre muerto, y si no, pues igual sería hombre muerto. :D

Llegué a Quito e inmediatamente busque algo de comida decente y emprendí camino a la Plaza de Toros recién a buscar una entrada. Llegue y ya desde horas de la mañana se vivía el ambiente para un gran día de concierto, ya que éste estaba previsto para las 14H00. ¡Un concierto al aire libre a las 14h00! ¿Acaso el sol era juguete?

Compré la entrada, ¡aún había disponibles! No tengo recuerdo alguno pues en mi inventario personal aún incluía un Nokia 1100. ¡Al menos que con la linterna iluminara el escenario! :D
Para que describir lo vivido ese sábado. Estaba viendo en vivo a esos cuatro pendejos de Monterrey – México. ¡No hay palabras!

Terminó el concierto, fui por comida (solo KFC se recomienda en Quito) y luego regrese a buscar un boleto de regreso a Manabí. Daba igual si llegaba en la madrugada, el concierto había sido lo mejor del día, del mes, del año. Ah, por cierto, sobreviví al sermón de mis viejos.

En 2009 sale Poetics, un álbum interesante que venía en dos partes y con canciones con un estilo diferente a PXNDX, pero sin perder su esencia. Anunciaron su gira para diciembre de ese mismo 2009, pero por problemas de logística fue aplazado para enero del 2010.

Y así llego ese 2010, ya para ese entonces andaba con la que ahora es mi esposa, Erika Mejía, y le propuse que me acompañara, y que creen, ¡No lo dudo! ¡Otra vez a Quito! :D

De igual manera, el concierto sería un sábado a las 14H00 ¿tenían algún interés en el implacable sol quiteño? Bueno, ese sol terminaría por hacernos pasar un mal momento, Erika comenzaría en plena cola a mostrar problemas de respiración y su presión decaía. Yo no sabía qué hacer, ella intentaba ser fuerte pero se notaba que su estado de salud no era el mejor. Le di agua, la saque de la gran cola para que respirara mejor y con el paso de los minutos cobraba color su piel blanca. Se estabilizó y yo me tranquilice.

Entramos a la Plaza de Toros, el show comenzó. Nuevamente una presentación impecable. Erika paso hablando de Ricky (bajista de la banda) y su físico todo el resto del viaje. No me respetaba. ¡Qué infelicidad! Bueno, igual fue un gran viaje. ¡Gracias, mi amor, por acompañar las locuras de este orate!
Llegamos al año 2012, y sacan un disco al que denominan Bonanza, con el cual esperé que regresaran a Ecuador, pero hasta pasó 2013 y no lo hicieron. Bonanza es otro gran disco, ni que decir. La espera era interminable.

En ese 2013 graban con un nuevo disco de estudio y lo llaman Sangre Fría, ahora debían regresar a como cueste, pero no sucedió sino hasta este 2014, hace más de dos meses atrás, anunciaban en el Twitter oficial del grupo que estarían en Guayaquil y Quito. ¡La larga espera estaba por terminar! Escogía Guayaquil está vez porque era sábado y de igual manera era más factible pedir permiso.

Las entradas salieron a la venta e inmediatamente la adquirí por internet, no tardaron ni dos días y la entrada pre-venta llegaba a la entrada de mi trabajo. ¡Era similar a recibir tu pinche carta de Hogwarts!
Llegó el gran día, 23 de agosto. Ahora ya estaba casado con la chica que me acompañó a verlos a Quito en el 2010, y ella conociendo mi amor a la banda, me envió a confeccionar una camisa blanca con una gran leyenda: PXNDX: Sangre Fría. ¡Ha sido uno de los mejores regalos que he recibido!



Partí nuevamente solo hacia Guayaquil, me encontré con amigos de Manta, pero estábamos muy atrás en la cola, y yo quería estar adelante, era la oportunidad. Logre colarme entre los primeros y al entrar al Centro de Eventos tuve la oportunidad de llegar hasta la primera fila, hasta una valla, una simple valla que impedía y limitaba a 2 metros la distancia entre los tipos de PXNDX y yo.






Fue el mejor concierto de los dos anteriores en los que había estado. ¡Nuevamente sin palabras! Grite todas las canciones a más no poder y me llene nuevamente de nostalgia escuchar Nunca Nadie Nos Podrá Parar a lo que terminaron su presentación, pues llámenme inmaduro e iluso, pero yo sí creo que esa canción fue dedicada con cariño para nosotros los fans, por haber aguantado tanto desde los problemas legales hasta los anti-pandas y miles de cosas más.

Gracias Pepe. Gracias Ricky, Gracias Arturo, Gracias Kro. Les prometo que si Dios me permite tener críos, lo primero que haré desde que estén en el vientre de su madre será ponerles la discografía completa de Uds. Gracias PXNDX por esta nueva oportunidad. Juro que los conoceré y de eso no tengo la menor duda.

¡Nos vemos en el show!

viernes, 8 de agosto de 2014

El Tin vs. Bonil (ROUND 2)

'El Tin' se ha expresado en Twitter  y ha reaccionado contra el caricaturista, y yo respondo a sus comentarios:

Así es, estimado amigo, todos sabemos tus logros en el Deporte, entre los cuales incluye tu batalla campal y cobarde en Casa Blanca y tú burla a los hinchas barcelonistas. Yo respeto tu trayectoria en la Selección, en mi Ecuador del Alma, pero a nivel de clubes dejaste mucho que desear. Nadie está confundiendo esa etapa de tu vida con el fiasco en la Asamblea.

Exiges disculpas de Bonil, pues así mismo deberías pedirlas a todo el Ecuador que vio lo que hiciste en la Asamblea.

Eras libre de postularte para Asambleísta, todos tenemos derecho, la Constitución nos faculta para aquello, pero debiste pensar que se necesita más que solo ser conocido por cabecear bien un balón (mi respeto para cambiarle la trayectoria a la pelota en el aire) para sentarse en un curul y aprobar leyes para los ecuatorianos. Tampoco critico tu poca educación, pues es una de las cosas que carece el Ecuador (dímelo a mí que sufrí en demasía para obtener un título universitario), pero debiste pensar con esa cabeza goleadora en lo que te metías cuando aceptaste la candidatura.

Esa es la parte que no comparto de tu proceder y esa es la parte por la que no deberías salir más enojado que el famoso video “Hitler se entera que ….”. Debes aceptar la crítica, sea buena o mala, a eso te enfrentabas cuando aceptaste un puesto público, y lo que es más, debiste pensar cien mil veces antes de ponerte de pie frente a la Asamblea y tratar de leer algo que tu par de asesores ineptos sabían que no lo podrías hacer con palabras que en tu vida sabías que existían.

Este es mi Ecuador Amazónico, desde siempre y hasta siempre. ¡Viva la Patria!